Parece que nos toca vivir
eso que llaman
recuerdos vivos,
o eso me contó
un amigo.
No difieren mucho
de las reuniones
de camaradas:
café presente,
concupiscible el alma;
el humo adereza
las sonrisas más amargas.
Recuerdos vivos.
Tatuado a fuego
en lo más profundo
de nuestras entrañas.
El rumor de los trenes
Hace 21 horas