viernes, 31 de octubre de 2008

Zapatos viejos

Entonces el tiempo se detuvo.
Fue como estrenar
zapatos viejos,
percatarse de que el tiempo
se quiebra con un simple
abrazo,
que las vías sirven de refugio
y a veces se portan bien.
Incluso los andenes
nos echarán de menos.

jueves, 30 de octubre de 2008

Víspera

Como un niño esperando sus regalos
en la víspera del día de Reyes,
que por cierto eran magos,
deseo que pasen las horas
y, así, obtenga el mío también.

jueves, 23 de octubre de 2008

Castizo

Palillo en boca, boina en mano,
tan castizo como el chato en el bar.
En la Ribera del Duero
aún quedan ancianos
de mirada melancólica
y ansias de volar.
A otros tiempos,
a otros lugares, quizás,
la edad no perdona,
pero las viñas aguardan
y es tiempo de trabajar.
Enconrvado como la parra de octubre,
nuestras miradas se cruzan,
me contagia soledad.
Atento a todo lo que ocurre
vive el castizo individuo
de barra de bar.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Sólo un poco

Casi llegó la hora,
pero no termina de llegar.
Si tan sólo pudiera,
durante un instante
en la espera,
aprehenderte y
aprenderte, también.
Recorrer a tientas
tu geografía personal
y perderme en tus montes,
en tus valles,
calarme hasta los huesos
entre las nubes de tu pelo
como tantas veces hice.
Empaparme
de tu afrodisíaca fragancia
de elegancia y saber estar...
Casi llegó la hora,
pero no termina de llegar.

martes, 21 de octubre de 2008

A veces sucede

A veces sucede.
Normalmente al escuchar
la frase incorrecta
o, al menos,
esa que no quieres escuchar.
Muchas veces es culpa tuya,
tú mismo te ganas que suceda,
pero otras no.
Y es cuando más duele.
Entonces aparece esa sensación,
ese volcán a punto de
estallar en tu pecho,
ese huracán que duda si
arrasarlo todo
o tambalearlo sin más.
Y no desaparece, no del todo.
Buscas una etiqueta
para escribirla y luego quemarla,
aunque se quede ahí,
agazapada,
dispuesta a aparecer
en las rabietas más irracionales...
Y en las más racionales también.
Pruebas con confundido,
con decepcionado, con idealista,
con filofóbico, con cansado,
con enturbiado, con imbécil,
con tarado...Ninguna vale.
A veces sucede.
Odio sentirme gilipollas.

lunes, 20 de octubre de 2008

Y también

Te desvelas de madrugada
y haces una llamada internacional.
Entonces te das cuenta
de lo jodido que estás.
Y también de que
eres feliz.

domingo, 19 de octubre de 2008

Vendimias

Amanece temprano estos días,
tanto
que el sol ni se atreve a salir.
Café y galletas para reponer energías,
las uvas esperan a que llegues allí.
El tractor avanzando, tijeras sonando,
el canasto se llena y me toca tirar.
Racimos volando hacia el remolque,
cada vez más alto y lejano,
un sol, que sin ser de justicia,
se empeña en molestar.
Los guantes destiñen,
los arañazos no escuecen,
a fin de cuentas...
¿Qué esperabas chaval?
Comida caliente, sentirte en tu casa,
clarete, sobremesa, risas y más.
El cuerpo molido.
El alma de tinto.
Resulta que merece la pena
venir a vendimiar.

martes, 14 de octubre de 2008

Huelga de versos

Huelga de versos.
Y el folio en blanco
me mira
dolido, trastornado.
¿Por qué no volver al encuentro
de la poesía que supone
lo cotidiano?
¿Por qué al devolverle la mirada
no puedo sino sentirme
extraño?
Mas...No importa.
El encuentro con la musa
simplemente se ha retrasado.
No importa que pasen
horas, semanas, años,
todo quedará en un diálogo
pactado, trivial y,
al fin y al cabo,
tan convencional como
un "dos besos, encantado":
- Cuanto tiempo...
- Cierto, desde la última vez.
¿La huelga de versos?
Ah, sí...Se ha levantado.

martes, 7 de octubre de 2008

Domingos

Me dan tregua los domingos,
aunque nunca me dejen descansar:
unas insomnio,
otras vicios,
a veces, resaca emocional.
Nada de paella estos días,
nada de comida familiar.
Dolor de cabeza, revuelto intestino,
el alma se comienza a desangrar.
Tabaco mucho, café poquito
(recuerden: intestino), pero de calidad.
Estrellas: muchas.
Pensar dormido.
Se supone, el día de la trivialidad.
Me dan tregua los domingos...
Al final resulta
que me van a gustar.

lunes, 6 de octubre de 2008

Recuérdame

Recuérdame que cuando arañas
deja huella de verdad.
Recuérdame que hay gente coherente,
que no tenga miedo de amar.
Recuérdame que no haga caso
a las fechas de caducidad.
Recuérdame que en los palacios
colocan una estrella al entrar.
Recuérdame que en los andenes
los besos se pueden alargar.
Recuérdame que existen estrellas fugaces,
incluso que te puedes montar.
Recuérdame que siga escuchando
a tus Planetas, mi jazz.
Recuérdame que coma mucho,
que fume menos y que empiece a estudiar.
Recuérdame, por favor, todo esto.
Recuérdame...Porque yo
no lo pienso olvidar.

sábado, 4 de octubre de 2008

21 gramos

21 gramos aderezados
de una inexplicable
suerte de felicidad.
21 gramos intangibles,
incorpóreos, livianos
y al tiempo pesados;
la carga que todos
debemos soportar.
21 gramos de
humo y tinta,
el cenicero vuelve
a rebosar.
21 gramos que sienten,
sueñan y viven;
que padecen y tropiezan
y añoran encontrar
otros 21 gramos
de realidad.
21 gramos dicen
pesa el alma.
21, nada más.