miércoles, 22 de octubre de 2008

Sólo un poco

Casi llegó la hora,
pero no termina de llegar.
Si tan sólo pudiera,
durante un instante
en la espera,
aprehenderte y
aprenderte, también.
Recorrer a tientas
tu geografía personal
y perderme en tus montes,
en tus valles,
calarme hasta los huesos
entre las nubes de tu pelo
como tantas veces hice.
Empaparme
de tu afrodisíaca fragancia
de elegancia y saber estar...
Casi llegó la hora,
pero no termina de llegar.

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