La cerveza era el pretexto
para arreglar
aquello que ya estaba
muerto.
Se leía en su mirada.
Observarla fijamente
sin decir nada
no ayuda amigo,
pensé.
Ella seguía desviándola,
la mirada, claro.
El silencio entre ellos
me incomodaba
hasta a mí.
Supongo que estamos
en crisis de explicaciones.
martes, 25 de noviembre de 2008
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1 comentario:
crisis de explicaciones... cuanta razón tienes!!!
me ha gustado, aunque demasiado pesimista... todo (weno, casitodo) tiene arreglo!!!
un bsito :)
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