Cuando el azar parezca
querer ganar
la baza definitiva.
Cuando la duda embista
hasta rasgar
lo especial de mis maneras.
Y, especialmente,
si mi torpeza envilece
tu innegable presencia
en mis poesías,
saca la brújula,
la que señala el punto cardinal
entre mis dedos y tus caderas...
Y acaríciala.
La sombra que aún espera
Hace 6 días

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