Mata el tiempo,
irremediablemente lento,
inexorablemente arrasando.
Aviva el recuerdo,
innecesariamente amargo,
impecablemente certero.
Agranda la distancia,
inevitablemente existente,
irreductiblemente lejana.
Pero ahí sigue su estrella que,
impasible,
reduce el tiempo a un suspiro,
rauda,
alegra vivamente el recuerdo,
y mordaz,
acorta la distancia presente.
Ahora o nunca
Hace 1 año
1 comentario:
"reduce el tiempo a un suspiro..."
tan cierto como que..ahi sigue.
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