lunes, 28 de julio de 2008

Tras Ciento volando...

Y este humo del cigarro ya liado
tras Ciento volando de Sabina que leí,
me devuelve al salón, meditabundo,
para incumplir la promesa y escribir.

Este soneto, salve rima y estructura,
contiene lo que no debí decir y escribo,
para que guarde en el cahón de mis locuras
un trocito más de mí, luego sigo.

Prefiero la amarga desilusión
de vivir y soñar al unísono
que esconderla en el tintero del olvido.

Perdone si no aguanté la tentación,
para no llevarle al equívoco,
pienso en ustéh y escribo, luego existo.

1 comentario:

isa dijo...

:) !

(Hoy me faltan las palabras, pero quiero que sepas que me encanta pasar por aquí)