jueves, 28 de agosto de 2008

Dos besos, encantado

Suavemente, con delicadeza,
acaricio nuestra herida,
nuestra condena,
la que nos vio nacer
y nos acompaña
en cada paso del camino.

Lentamente, con miedo,
pienso en los versos
que no escribo,
en aquellos que,
cuando te marches,
por ti escribiré.

Torpemente, con sumo descuido,
me empapo de toda tu magia,
sin mesura,
tatuando con tus besos
cada poro
de mi blanca piel.

Inútilmente, con desesperanza,
trato de olvidar
nuestro sino,
un dos besos, gracias por todo,
en mi ausencia
hazme un favor y cuidate.

lunes, 25 de agosto de 2008

De fondo, jazz

La cafetería estaba desierta cuando él entró.
En la mesa, café y tabaco; de fondo, jazz. Necesitaba esos pequeños momentos de tranquilidad, esa suerte de felicidad que sólo le ofrecen los pequeños detalles como ése.
No esperaba a nadie, pero la expectación se respiraba en cada poro de la piel.
De fondo, seguía sonando jazz.

viernes, 15 de agosto de 2008

Santiago

Cuando al doblar esquinas
sientes que la magia
te acompaña al girar.
Cuando las calles se llenan
de miradas amigas
que coinciden con tu mirar.
Cuando el alma se siente
tan plena
con sólo tu presencia notar.
Cuando la paz trasciende
sobre todo sentimiento
si te detienes a contemplar.
Y, especialmente,
cuando consigues sentirte
peregrino
sin un paso caminar.
No muy lejos del Obradoiro
te debes encontrar.

jueves, 14 de agosto de 2008

Fui

Una vez fui
sol radiante y pleno,
amanecer en la desesperanza,
calor vivo y duradero.
Y fui, también,
lluvia de abril,
esperada y necesaria,
gota fina, pero que empapa,
abono de la semilla sembrada.
Fui estrella en el firmamento,
faro que alumbra tus pasos,
pequeña, pero firme,
que te cuidaba desde lo lejos.
Todo lo que fui
no supe mantenerlo.
Me perdí entre mis sombras,
ganaron el duelo.

Y ahora soy
una suerte de huracán en celo,
todo lo reduzco a migajas,
arraso por donde vuelo.
Y soy, también,
frío diciembre,
melancólico y fugaz,
lleno de buenas intenciones
que quedan en conductas erráticas.
Soy cielo nublado,
futuro cargado de dudas,
enormes, pero enclenques,
avatar de las noches sin luna.
Todo lo que soy,
no sé esconderlo,
me pierdo por los claros,
abandono el juego.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Atardecer galego

Durante un instante, se detuvo frente al mar y contempló absorto esa extraña comunión entre las olas y las rocas, ese hacer el amor con delicadeza propio de la mar en calma.
La melodía de fondo, acompañada por golondrinas aún ociosas y gaviotas ya dispuestas a descansar, completaba el panorama del nublado atardecer en la costa galega.
Durante ese instante, al menos, fluyó.

miércoles, 6 de agosto de 2008

No puede ser

Ya me ves, sigo aquí,
a una mirada de distancia,
como esas que me lanzas
cuando nadie nos ve,
una de esas en las que
el verde se transforma en miel.

De cuando en cuando nos da
por jugar a escondidas;
por encender la pasión,
desatar las caricias,
por disfrutar de los besos
que saben mejor
cuando no deben ser.

Otra vez, acaricio suave mi herida,
la que dejas tras cada encuentro,
que es la misma
que la de la primera vez.
La que me recuerda
que nuestra poesía,
aunque me pese,
no puede ser.

martes, 5 de agosto de 2008

Sol y moscas

El insistente zumbido de las moscas a su alrededor le aconsejó recordarle porqué retomó costumbres ya olvidadas.
Posiblemente la alineación de los planetas fuera la correcta o fue, simplemente, una de esas cosas que tienen que ocurrir por algún caprichoso deseo del azar.
Por último, pensó que, quizás, la única respuesta es que afloró el deseo tantas veces reprimido en el momento y en el lugar adecuados.
Y es que hay cosas tan profundas que no podemos evitar.

viernes, 1 de agosto de 2008

Dentro de mí

A deshora vengo a escribir
al rincón donde los sueños no tienen fin.
Vagando meditabundo por el balcón,
exprimiendo, gota a gota, mi corazón.

Y cansando de todo...

Aún sigo buscando el equilibrio.
Aún sigo pensando huir con sigilo.
Cuando nadie me crea,
cuando nadie me vea.
Simplemente huir y dejarlo todo,
sin rumbo fijo, sin destino.
Lanzarme a la aventura
de encontrarme a mí mismo.

Allí donde todo es sórdido y ajeno,
donde lo superficial ceda a lo verdadero.
Allí donde los sueños vuelan
como los pájaros en el cielo.
Allí sin duda estaré yo,
idealizando la vida
y sufriendo por ello...
Buscando la salida
sin saber cual es el comienzo.

Escribiendo torpemente
estos humildes versos.