miércoles, 6 de agosto de 2008

No puede ser

Ya me ves, sigo aquí,
a una mirada de distancia,
como esas que me lanzas
cuando nadie nos ve,
una de esas en las que
el verde se transforma en miel.

De cuando en cuando nos da
por jugar a escondidas;
por encender la pasión,
desatar las caricias,
por disfrutar de los besos
que saben mejor
cuando no deben ser.

Otra vez, acaricio suave mi herida,
la que dejas tras cada encuentro,
que es la misma
que la de la primera vez.
La que me recuerda
que nuestra poesía,
aunque me pese,
no puede ser.

1 comentario:

Teresa dijo...

como escribes primo...