Cuando pasa la tormenta
es, tal vez,
cuando te comienzas a calar.
Curioso.
Son los posos los que duelen,
no las gotas que, indolentes,
dejan marca al respirar.
Sólo queda, pues, mendigar
a duras penas
los resquicios del amor
universal,
proponerse, aun a tientas,
rescatar de las ruinas
lo que tenga utilidad.
La ciudad parece
estar de luto
en tu ausencia.
Y todo se contagia.
Ahora o nunca
Hace 1 año
1 comentario:
Cuando pasa la tormenta es cuando te das cuenta de lo que ha sido, desde dentro sólo se ve gris y azul a intervalos intermitentes.
Yo también espero que acabe pronto esta huelga de besos, o si no el invierno va a ser más frío de lo que mienten los termómetros de las fachadas.
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