Etapa final del camino:
el comienzo, cómo no.
Despés de desvíos,
montes y cuestas,
noches al ras esperando un avión;
toca andar con sigilo,
pasito a pasito,
hacia el comienzo,
el de los dos.
Reinventar el futuro
con letra torcida,
como los renglones de Dios.
sábado, 11 de julio de 2009
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