lunes, 3 de agosto de 2009

Sudar la tinta

Cansado.

De que nadie diga que es fácil,
de los cigarros en el balcón,
de sentirme a veces tan frágil,
de esta mezcla de resaca y emoción.

De que el teléfono
controle los latidos,
de obviar mi destino,
enciende y vámonos.

De contar por balazos
el próximo encuentro,
lo (im)puesto me sienta peor.

De cenizas que forman
el reloj de mi tiempo,
cansado del efecto acordeón.

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