viernes, 13 de junio de 2008

Por no perder las costumbres...

Como siempre, apuró hasta la última calada para comenzar. Nunca fue capaz de emprender algo sin el estresante estímulo de notar que el tiempo se le venía encima; sin esa presión que le imprime una dosis extra de valor para afrontar el imposible. Y él adoraba soñar.
Por suerte, esta vez hizo lo que no acostumbraba a hacer: actuar al instante.
Por desgracia, esta vez no cambiaría en él nada por más de unas horas...
Seguirá apurando hasta la última calada para comenzar.

No hay comentarios: