Una noche más, se disponía a afrontar el insomnio de la mejor manera que sabía: escribiendo.
Así como si de un macabro ritual zulú se tratase, encendió el cigarrillo, alzó el bolígrafo y se dispuso a escribir.
Le bastaron dos líneas para comprender que esta vez no lo necesitaba.
Le bastaron dos líneas para comprender que esta noche dormiría.
Le bastó detenerse en el momento...y soñar.
Ley Universal
Hace 2 semanas
2 comentarios:
Aunque no te comente siempre, todos los días me paso por tu blog eh! =) Te dejo la dirección del flog oki??
Un besazo y ánimo con antropología!
www.fotolog.com/cool_ture
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