Una noche más, se disponía a afrontar el insomnio de la mejor manera que sabía: escribiendo.
Así como si de un macabro ritual zulú se tratase, encendió el cigarrillo, alzó el bolígrafo y se dispuso a escribir.
Le bastaron dos líneas para comprender que esta vez no lo necesitaba.
Le bastaron dos líneas para comprender que esta noche dormiría.
Le bastó detenerse en el momento...y soñar.
Ahora o nunca
Hace 1 año
2 comentarios:
Aunque no te comente siempre, todos los días me paso por tu blog eh! =) Te dejo la dirección del flog oki??
Un besazo y ánimo con antropología!
www.fotolog.com/cool_ture
Publicar un comentario